miércoles, 31 de octubre de 2012

Capítulo 1 -Sueños amargos y destino incierto-

Jessica se despertó junto a una carta que ponía que ya era psicóloga y que había recibido la noche anterior. Pese a haber cumplido el sueño que tenia desde que era pequeña el día de su cumpleaños no se sentía feliz sino mas bien todo lo contrario, se sentía mucho más triste que de costumbre. Tal vez fuera porque no podía decírselo a nadie, todos habían muerto o la habían abandonado y el único ser que la había amado y acompañado había muerto semanas atrás. 
Jessica se levantó de la cama y se fue a duchar. Su cuerpo era perfecto, las piernas largas y fuertes, no grandes pero fuertes, un vientre perfecto con una sola imperfección, un lunar al lado del ombligo. Sus pechos eran enormes pero sin parecer una muñeca deforme, y por último su cara ¡Qué cara! Parecía esculpida por ángeles, una boca chiquitita, unos pómulos redondeaditos y unos ojos tan grandes y profundos que al mirarlos sientes la presión del mundo comprimiendo tu pecho. Sus cabellos son rubios y largos, ondulados y enredados como la noche.
Se duchó, se vistió, cogió el coche y fue a la universidad. En el camino de ida se encontró con los Deveraux, una familia muy rara de la que solo formaban parte la madre Michaela y la hija Rose las cuales no hablaban con nadie excepto con un tal Chris que aparecía de vez en cuando, pasaba unas horas en la casa y se iba, no sin antes morrearse un par de veces con Rose (y cuando no estaba la madre, divertirse un rato). El viaje transcurrió tranquilo hasta que llegó a la universidad. Allí una sensación de tristeza la embargó al ver a tantas familias juntas. Aunque ya había superado lo de su familia no podía evitar sentirse acongojada de tener que hablar delante de todas esas familias y que nadie se alegrara por ella al bajar.
El  día de la ceremonia fue el peor de su vida. Después de terminar la ceremonia todos los alumnos se fueron con sus familias a la fiesta de graduación pero ella, no se sentía con fuerzas de ver tantas risas por haber conseguido el título, ni siquiera ella que había sido primera de su clase así que decidió volver a su casa pero a medio camino se le rompió el coche así que tuvo que andar 20 manzanas de un barrio residencial hasta su casa.
La única cosa que la divertía aún después de todo lo que la había pasado era espiar a los vecinos de noche. Vio a los Jonshon cenando y discutiendo por el mando, a los Minxs leyendo un periódico en algún idioma del este de Europa y a Rose y Chris intimando en su habitación. Estaba llegando a su casa cuando escuchó un gemido de dolor en el bosque que había detrás de su casa y de la de los Deveraoux. Rápida cogió las tijeras de podar y corrió al bosque. Allí se encontró con un cadáver descuartizado y a una criatura peluda devorándolo.

- Oh Dios mio.

Solo soltó una palabra y el monstruo se abalanzó sobre ella. Jessica consiguió esquivarla por poco, pero la criatura volvió a atacar esta vez con más rabia. Jessica huyó lo más rápido posible a su jardín y cuando llegó empezó a gritar

-Ayuda- Gritó -Ayuda- Pero nadie respondió.

La criatura corría detrás de ella a una velocidad increíble, casi no le dio tiempo a gritar cuando se la tiró encima y la dio un zarpazo que ella evitó. Pero se tropezó y cayó al suelo.

-Ayuda- Pidió una última vez antes de cerrar los ojos para protegerse.

La criatura se alzó la zarpa para cortarla en pedazos cuando una pantalla semitransparente se interpuso entre ellos. Jessica no sabia de donde había salido pero ese cristal tan aparentemente frágil le había salvado la vida
y era tan fuerte que podía aguantar todos los zarpazos que la bestia acometía contra ella. Aunque el escudo la protegía,el ser no paraba de golpearlo y no se iba; en ese momento los aspersores se activaron y el agua empezó a girar alrededor del ser, como si de un torbellino se tratase, y la criatura empezó a ahogarse. Después dos torbellinos más se unieron al primero haciéndolo más grande, hasta tal punto que la bestia no parecía más que un punto. El agua desapareció al instante como el flash de una cámara y el ser cayó al suelo muerto pero al segundo el torbellino se lo llevó lejos mas allá del bosque, mucho más lejos y lo dejó caer rematándolo por si acaso seguía vivo.
Jessica se quedó sola en el patio trasero cuando la joven de la familia Deveraux y Chris aparecieron al oír los gritos

-¿Estás bien?- Preguntó Rose algo preocupada y fastidiada (seguramente porque el grito la había cortado el rollo con Chris)

-Si- Respondió Jessica aún asustada

-Seguro, es que hemos oído unos gritos pidiendo ayuda- Explicó Chris 

-Sí, estoy bien-

-¿Necesitas ayuda o compañía?- Se ofreció Rose

-HE DICHO QUE NO, VALE, NO, N-O. NECESITO ESTAR SOLA- Gritó Jessica enfadada. Al hacerlo el suelo empezó a temblar y un aura oscura empezó a rodear su casa, segundos después la casa se había hundido unos centímetros en el suelo.
Jessica asustada por lo ocurrido se desmayó. 

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